26 feb 2011

Lo que NO extrañaré de Victoria, Tamaulipas

Tampoco extrañaré esta odiosa banqueta

El transporte público. Rutas indescifrables -tomas un microbús de ida que ni de chiste te deja en el mismo lugar de regreso-, las unidades está en pésimas condiciones y además es carísimo (6 pesos así vayas a 2 cuadras o a 10 km.). La mayoría de las rutas dejan de pasar muy temprano, al menos 3 veces me fui caminando a casa de mis amigos porque ya no alcancé microbús a las ¡9 de la noche! Ah y los taxis te cobran como si fueran limosinas, excepto por una línea de la que fui cliente frecuente los últimos meses porque tenían tarifas más 'aceptables'.

En resumen debo decir que una ciudad que te hace NECESITAR un automóvil no es una ciudad amable ni funcional para sus ciudadanos.

Los horarios burocráticos. La ciudad gira en torno de la vida burocrática, casi todos trabajan en -o para- gobierno del estado, gobierno federal y sus dependencias. Muchos salen a las 4 o 6 de la tarde. Yo trabajaba en el sector privado, lo que significaba salir después de las 7 de la noche y tenía que correr porque los negocios cierran a las 8. Actualmente hay más comercios cerrando tarde, pero son la excepción.

Las opciones escasas. ¿De qué? Pues de casi todo: diversión, cultura, entretenimiento, incluso comida. Para mí, que trabajaba en la zona centro, era un suplicio pensar qué comer, muy pocos lugares tienen servicio a domicilio y las opciones cercanas eran escasas. Librerías hay ¿dos? o tal vez tres. Tampoco había tiendas departamentales, la primera llegó unas semanas antes de que yo dejara la ciudad, lo que me parece increíble, ya que esa misma tienda existe en Tampico desde mediados de los años 80. No se le ha dado la importancia comercial necesaria a la capital del estado aunque parece que muy lentamente llegan más opciones. 

Todos se conocen. En mi post anterior dije que este era un punto a favor pero también en contra. Un amigo dice que no hay manera de presentar a gente "nueva" porque apenas se ven, dicen "claro, yo estudié contigo" o "eres el primo del hermano de fulanito". Casi todas las personas de la misma generación están conectadas de algún modo. Y a veces eso puede ser abrumador, encontrarte todo el tiempo a alguien conocido, vayas donde vayas. Siempre tuve la duda de cómo harán para tener una aventura extramarital y no ser descubiertos, yo estoy casi segura de que no hay forma de "portarse mal" sin que te cachen.

El clima. En invierno el frío se cuela hasta los huesos, los "nortes" son comunes e intensos, las tormentas llegan sin aviso y con violencia. Aunque hay una temporada de días soleados y frescos muy agradables, la mayor parte del año hace un calor que hace desesperar al más valiente. Imaginen un día de mayo con sol intenso y 42º centígrados a la sombra, sin viento. El aire acondicionado es una necesidad, no un lujo, yo tenía que encenderlo al máximo y además ponerle enfrente un ventilador para lograr refrescar apenas mi recámara.

Ciudad Victoria es un gran capítulo es mi historia personal y espero, de corazón, que la tranquilidad que la ha caracterizado vuelva pronto a la capital y al resto del estado de Tamaulipas.

16 feb 2011

Lo que extrañaré de Victoria, Tamaulipas (parte 2)

Haciendo rappel con los scouts

Mi grupo scout. Antes de Victoria lo que sabía de los scouts era lo que las caricaturas y películas te dicen. Un buen amigo y dedicado scout me guió hasta ellos y me uní al grupo para apoyarlos. Me sentí en casa, porque la filosofía scout reúne características con las que me identifiqué de inmediato: enseñanza de valores, amor a la naturaleza, ser competente y respetuoso, espíritu de servicio y ¡mucho juego! Es una increíble oportunidad de ser adulto pero divertirte como niño. Aunque es un movimiento mundial, sin duda extrañaré al grupo 2 Victoria, donde comencé mi vida scout y fui jefa de la comunidad de caminantes, chavos de entre 14 y 18 años a los que deseo el mejor de los presentes y un gran futuro.

La tranquilidad. A pesar de la inseguridad que se vive en México y muy especialmente en el estado de Tamaulipas, Victoria es una ciudad tranquila. Se podía caminar hasta altas horas de la noche sin miedo a ser asaltado. Me sorprendía ver automóviles estacionados con las ventanillas abiertas, las puertas sin seguro. Sé que, por desgracia, todo eso está cambiando pero yo disfruté mi estancia en la ciudad sin sobresaltos.

Todo está cerca. Sé que en ningún otro lugar tendré la ventaja que disfruté allí: caminar todos los días a mi trabajo. Nunca viví a más de 7 cuadras de la oficina. ¿Embotellamientos? Desconocidos. Puedes atravesar la ciudad en menos de media hora (si te toca tráfico). Era agradable salir 10 minutos antes de la hora en que tenía un compromiso y saber que llegaría a tiempo.

Todos se conocen. Son familia, ex compañeros de clase, compañeros de trabajo y todos se relacionan de alguna manera. Aunque esto tiene un lado negativo que describiré en otro post, su parte buena es que casi siempre tienes a alguien que te apoye cuando lo necesites. Lo viví en carne propia cuando tuvieron que operarme de emergencia por una apendicitis y resultó que en ese momento un compañero scout estaba de guardia en el hospital, así que entró a la sala de operaciones conmigo. Como ese hay muchos ejemplos, porque hay una gran cadena de relaciones en la ciudad.

Balsas scouts en "El Salto del Tigre"
El Salto del Tigre. No, su nombre no tiene significados ocultos. A sólo unos minutos de la ciudad se encuentra este río claro, frío, corriendo por un cañón entre enormes árboles llamados sabinos, con los gritos de los periquitos que anidan en sus ramas. Ninguna frase describe con justicia este magnífico sitio que me ayudó a desconectarme del mundo y conectarme con la naturaleza cada vez que lo visité. Creo que los victorenses tendrían que valorarlo mucho más y sobre todo respetarlo y cuidarlo.

Este es el fin de la segunda parte y ¿qué dijeron? ¿Victoria sólo tiene cosas buenas? No, también hay muchas cosas que no extrañaré y se las contaré en los próximos posts.

1 feb 2011

Lo que extrañaré de Victoria, Tamaulipas (Parte 1)

Un día, mi trabajo en una agencia de publicidad me llevó a mudarme de la ciudad de Tampico, Tamaulipas a la capital del estado: Ciudad Victoria. Después de 6 años de trabajar y vivir allí, decidí hacer un cambio en mi vida que implicó renunciar a mi empleo y, por consecuencia, despedirme de esta ciudad. Como una manera de decir "adiós" definitivamente a esta parte de mi historia personal, decidí compartir las cosas que extrañaré de Victoria y también las que NO echaré de menos. Por lo pronto, aquí va la primera parte de lo que sí extrañaré:

Vista de la Sierra Madre Oriental
desde mi puerta.
La Sierra Madre Oriental. Allí estaba, detrás de mi puerta cada mañana, al salir de mi departamento. No hacía falta ir más lejos para disfrutar de la montaña, sentirla cerca y vigilante. La vi vestir un color verde vibrante, un rojo desértico en tiempos de sequía e incluso un poco de escarcha en la época invernal. Bella e imponente.

Los amigos. Mis años en Victoria me regalaron grandes amigos. Con muchos de ellos compartí satisfacciones y frustraciones, días y madrugadas encerrados en una oficina. Y a pesar de eso, aprovechábamos los momentos libres para estar juntos. Esa complicidad que nadie más entendía es única e irrepetible. Vivimos excursiones, paseos, aventuras, noches, cine, risas y hasta un par de enfermedades y visitas al hospital. Lo que me tranquiliza es que la amistad sobrevive a cualquier distancia, me los llevo conmigo.

Búho posado en una palma
Mi departamento. ¿Qué tenía de especial? No mucho, era pequeño, caliente en verano, frío en invierno. Pero era mi espacio. En cierta forma representaba mi independencia, el vivir sola, con mis tiempos, mis reglas, mis decisiones. Cierto, la soledad a veces pesa, pero también se aprende a disfrutarla y yo lo hice al máximo. Además, la renta era económica, sin duda eso lo echaré de menos.

La naturaleza. Victoria es rica en expresiones de la naturaleza. No es sólo la Sierra Madre. Es el despertar con el sonido de las aves, ver una nube de colibríes en el jardín, los pájaros carpinteros dándome un buen susto cuando se les ocurría ir a "tocar" mi ventana una tarde cualquiera. No olvidaré la ocasión en que un búho me observó posado en una palma y las muchas veces que sonreí al ver nubes de mariposas amarillas atravesando la ciudad. El río San Marcos que atraviesa la ciudad, a veces seco, siempre contaminado por su propia gente, pero al fin y al cabo un río a mitad de la ciudad, con espacios muy agradables para disfrutar y apreciar.


Próximamente la Parte 2