26 nov 2010

Finalmente...

Hace tanto pensé en tener un blog. He "incursionado" en cantidad de redes sociales y sin embargo me faltaba esto. ¿Por qué lo postergué tanto tiempo? Me parecía que tener un blog era como desnudarse. Y la desnudez -propia- siempre me ha asustado.

Era inminente llegar aquí. Más que inminente, en este punto se volvió necesario. El expresar mis pensamientos y sentimientos y compartirlos con otros. Lo que en un momento me asustaba, se volvió un gusto, especialmente al conocer a tanta gente interesante en las redes y, mejor aún, comenzar verdaderas relaciones de amistad o afinidad que se mantienen y alimentan en la cercanía o la distancia.

Así que aquí estoy. Desnudo mi alma, mi mente y mi ser en este espacio porque las palabras son liberadoras.

18 nov 2010

Palabras


Las palabras, las que elevan y hunden, las que brindan y quitan, las que alaban e insultan… tan pequeñas, tan poderosas. La fuerza de una palabra jamás debe subestimarse. Una sola puede empezar una guerra o dañar un alma por toda la eternidad, puede enamorar y convencer.

A veces nos abandonan. Tratamos de traerlas a nuestra mente, a nuestros labios… y no llegan. Mucho más difícil es ponerlas en un papel. Llegan y se van, se escapan y bailan ante nuestros ojos, indecisas, juguetonas.

Quisiera tener poder sobre ellas, desearía controlarlas y usarlas a mi favor. Sería fuerte, casi invencible si tuviera esa virtud. Pero no, no puedo hacerlo porque ellas son libres, se mueven de tal manera que nadie logra atarlas.

Algunas personas les agradan más, se acercan a ellas, las inspiran y les dejan expresar la belleza, la ilusión, la magia a través de su existencia. Pero es solo un préstamo, ellas nunca sacrificarían su libertad y su libre albedrío por formar parte de otro ser, jamás lo harían. Sólo nos brindan un atisbo de su inmortalidad a nosotros, simples seres humanos que no podemos más que soñar, reír, amar gracias a ellas.