31 may 2011

La alegría de lo simple

Hace años, en un viaje por Chiapas me hice amiga de un joven húngaro. Nuestro último día en Palenque lo dedicamos a relajarnos en la orilla del río. Mientras estábamos allí llegó una familia, los padres y dos hijos que de inmediato entraron al agua y comenzaron a nadar. En un determinado momento el niño salió y tomó una botella de refresco vacía que le arrojó a su hermana, al juego se unieron los padres y así se divertían: lanzando una botella de PET.

Recuerdo el rostro de mi amigo, fascinado por el hecho de que la familia entera obtuviera tanta diversión de un objeto tan simple. A mí no me resultó extraño, creo que para el mexicano en general no es difícil encontrar la alegría en las cosas sencillas. Y aunque seguramente muchos encuentren un aspecto negativo en esta característica, hoy pienso en ello como algo positivo.

Ir de compras al supermercado, cenar unos deliciosos tacos, la visita de un amigo, ver el futbol con una cerveza en la mano, una noche de luna llena, disfrutar de nuestro programa favorito de televisión... a pesar de la cantidad impresionante de productos en venta, del avance de la tecnología, del ritmo de vida que nos ha sido impuesto, estoy segura de que los mexicanos no hemos perdido todavía la capacidad de disfrutar de esos simples placeres.

Y es que, si lo pensamos detenidamente, nuestra vida es una cadena de simplicidades. Si aprendemos a disfrutar de la sutil belleza de lo sencillo habremos dado un paso adelante hacia la verdadera felicidad.



7 may 2011

¿Cómo se vive en Tamaulipas?

Es una pregunta constante que hacen muchos vía twitter y otras redes sociales, mexicanos que han vivido toda su vida en el D.F. u otros estados lejos del norte del país. 

¿Es cierto que hay inseguridad? ¿qué pasa con las balaceras?

Sí, hay inseguridad. Pero es curioso, no es esa inseguridad de olvidar poner el seguro a la puerta y temer por ser asaltado. No es (todavía) el miedo de ir al cajero automático y que alguien armado con una navaja te quite tu dinero. 

Es como lo que pasó hoy, hace apenas unas horas. Salimos de casa a mediodía, comimos delicioso en la playa, pasamos al supermercado y al venir de regreso encontramos la carretera cerrada por el ejército, resguardando una camioneta chocada; acaba de pasar, sin duda, los conductores nerviosos se desvían, invaden el carril contrario... primero observamos la escena, analizamos qué ruta alterna tomar y lo hacemos, después avanzamos por callecitas dando gracias a Dios por no haber pasado unos minutos antes por ese lugar.

Reviso Twitter y veo que hubo al menos 3 eventos similares en Tampico-Madero, al parecer murieron civiles inocentes, se habla incluso de un niño. Y piensas... es cuestión de qué... ¿azar, suerte, destino? No salí a las 4 a.m., no soy criminal ni conozco a ninguno que lo sea, es un sábado en la tarde y todos los llamados "eventos" se desarrollaron en tal vez poco más de una hora. No es que las balas vuelen por toda la ciudad, no es que se persigan "buenos y malos" día y noche por las calles.

Mi sobrinito de 4 años, al que hace 2 días no dejaron salir al recreo porque "había balacera", le dijo a mi mamá "tía, cuando veas soldados, agáchate". No le queremos entregar nuestras vidas al miedo, no queremos dejar de ir al cine, de compras, de paseo. Pero en la mente da vueltas ese pensamiento ¿en qué momento me tocará a mí "agacharme"? 

Así, así es como se vive en Tamaulipas.